Para los buzos audaces es un reto visitar la Cueva de los Tiburones Dormidos, descubierto hace unos años por un pescador isleño conocido como "El Válvula" y dado a conocer por el fotógrafo submarino, fallecido en febrero de 1998, Ramón Bravo. La cueva consta de formaciones coralinas con cavidades en las que los tiburones permanecen aletargados y se pueden acercar a ellos; una explicación de este fenómeno es que la baja salinidad del agua produce somnolencia en los tiburones, además de que les sirve para limpiarse de los parásitos que se le adhieren. Este sitio de buceo de profundidad representa riesgos, por lo que se requiere ser buzo experto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario